Algunas impresiones sobre el Primavera Sound
Una vez más el Primavera Sound ha vuelto a situarse como uno de los mejores festivales del mundo en la escena indie/independiente. Lo hace especial un lujoso cartel que viene acompañado del espléndido tiempo que suele hacer en Barcelona por estas fechas y de un hermoso escenario envuelto por el mar. A pesar de la gran afluencia de público, la organización ha ido mejorando año tras año con la consecuencia de que las colas prácticamente han desaparecido.
Los comisarios del certamen son especialistas en reunir artistas mediáticos con otros de menos calado que merecen una mayor atención. Es el lugar ideal para ver en escena a músicos de renombre, pero sobretodo para descubrir y dejarse llevar. Suele pasar que los músicos en los depositamos más expectación pueden defraudarnos, mientras que los que no consiguieron seducirnos en estudio lo hacen a través del directo (como a nosotros nos ha sucedido con The Bug). Pero lo que más satisface es volver a casa habiendo disfrutado con bandas que antes desconocíamos.
Vamos a repasar lo que este festival ha dado de sí comentando algunos de sus momentos más destacables. Hay muchas otros artistas que merecerían aparecer en este artículo pero lamentablemente no pudimos presenciarlos. Entre ellos lamentamos habernos perdido a Lightning Bold, Dead Meadow, Wavves, Christal Antlers, Dan Deacon Ensemble, A Certain Ratio o Michael Nyman.
My Bloody Valentine: La banda liderada por Kevin Shields ofreció el un concierto al aire libre y un segundo recital al día siguiente en L’Auditori. Nuestra expectación por verlos era tal que acudimos a la primera cita. No obstante lo que había de ser una exhibición tímbrica de alto voltaje pasó a ser un inaudible horror vacui sonoro. De poco sirvieron los tapones para los oídos que la organización repartió. Los irlandeses exageraron su noise-pop hasta tal punto que parecía un directo de Merzbow. Esperamos que en la sala cubierta consiguieran una mejor ecualización.
The Bug: Kevin Martin demostró por qué su álbum «London Zoo» fue elegido mejor álbum del 2008 por la revista The Wire. Debo confesar que hasta el pasado jueves nunca comprendí los elogios que ha recibido este proyecto. The Bug gana méritos en directo gracias a las peripecias de su ejecutor y la fuerza de unos ritmos que hicieron temblar el escenario Pitchfork.
The Horrors: Sus jóvenes componentes han conseguido una buena posición en los chartsbritánicos con sus dos primeros álbumes. No esperábamos gran cosa de un grupo que parece más preocupado por su aspecto que por sus composiciones, pero durante sus primeros temas consiguieron entretenernos. Desgraciadamente a medida que transcurría el concierto el hastío se apoderó de nosotros hasta obligarnos a cambiar de escenario.
Aphex Twin: Una vez más Richard D. James se coronó como uno de los mejores músicos de la escena electrónica. Puede que incluso fuera la mejor actuación del primer día del festival. Aphex Twin ofreció una exquisita sesión con la que repasó un completísimo abanico de géneros. También hay que destacar el gran trabajo de las proyecciones visuales, formadas por unos mosaicos psicodélicos que acompañaban el polimórfico rostro del artista.
Squarepusher: Además de su virtuosismo, es indudable que este músico posee un gran talento. No obstante sus actuación acabó provocando bostezos entre los asistentes. Tampoco le ayudó comparecer después de Aphex Twin y en el mismo escenario ya que la comparación fue inevitable.
Sunn O))): Era una de las bandas que más expectación nos había provocado. Como sabíamos a lo que nos enfrentábamos, nos temimos una impaciente incomprensión del público. No obstante Stephen O’Malley y Greg Anderson fueron aplaudidos y seguidos hasta el final. La puesta en escena de «The Grimmrobe Demos» no aportó ninguna sorpresa, pero fue impecable para quienes todavía no habíamos tenido ocasión de presenciarles.
Shellac: El apabullante directo del trío liderado por Steve Albini fue el momento estelar de la noche del viernes. Ya sabíamos que el grupo incrementaba su talento en directo y así fue. El sonido seco y minimalista de Shellac vino acompañado de una cautivadora actuación. El clímax más álgido se vivió con la extensa «The End of Radio», el vídeo de la cual hemos incluido al final de estas líneas.
Neil Young: El cabeza de cartel reunió la mayor congregación de asistentes del festival. Era la segunda vez que el canadiense pisaba Barcelona y perdérselo hubiera sido un lujo imperdonable. Durante hora y media combinó algunos temas de su último trabajo con clásicos como «Hey hey, my my», «Cinnamon Girl», «Down by the river» o «Old Man». Hizo una demostración de purismo rockero a la vez que hacía gala de ser un gran abanderado del ruidismo guitarrero. Terminó el concierto con unos minutos de distorsión en los que el músico destrozó las cuerdas guitarra y abandonó el instrumento a su suerte. Aunque no desfraudó ni pizca, quizás echamos de menos la longevidad habitual de algunos de sus solos. Para mayor satisfacción del público, se despidió con una bufanda del vigente campeón de la Champions League.
Liars: Inmediatemente después de Neil Young, el trío Liars nos ofreció uno de los mejores momentos del sábado noche. Consiguieron sorprendernos con su dance-punk marcado por el fuerte compás de sus percusionistas. Un interesante directo de un grupo en cuya discografía figuran álbums tan interesantes como «Drum’s Not Dead».