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Los músicos tímidos – Marc Hollander

Un textto sobre el artista de Bélgica que nos reveló su gran talento hace años luz e inesperadamente desapareció de los escenarios para dedicarse a su particular filosofía musical, encarnada en el sello discográfico.

Hay músicos tímidos. Resulta increíble pensar que tanto contacto y exposición a la gente pueda ocasionar esa extraña huida y abandono de los instrumentos. Habrá quién recuerde de vez en cuando las hazañas de los años juveniles de esos desaparecidos y, cómo no, en Retroriff nos conoceréis por nuestro nombre: nos complace andar con el pañito que desempolva los antiguos tesoros musicales, ya que en los prehistóricos años 50, 60, 70 e incluso (sic!) 80 uno puede encontrar unas muestras insólitas de la fuerza del olvido humano y la evolución exprés a la que está sometido nuestro universo musical. Así aparece la idea de esta serie, sobre los músicos “tímidos” que empezamos con Marc Hollander, el artista de Bélgica que nos reveló su gran talento hace años luz e inesperadamente desapareció de los escenarios para dedicarse a su particular filosofía musical, encarnada en el sello discográfico Crammed Discs.

Hollander fue el padre biológico de dos grupos belgas: Aksak Maboul y The Honeymoon Killers, y padre adoptivo de otras decenas a través de Crammed, que este año celebra su 25 aniversario.

Si la música de Marc no suena en vuestras memorias sonoras, buscad entre los colaboradores de Fred Frith, amigos de John Lurie o Arto Lindsay. Toda su carrera de músico se cerró entre los años 70 y 80 cuando era uno de los multiinstrumentistas más versátiles y rompedores de la escena europea y neoyorquina (tocaba todo tipo de pianos, clarinetes, saxos y otros vientos…). Experimentador, burlador y freaky de Bruselas aparcó su enorme talento – que daría para numerosos proyectos más – para dedicarse plenamente a investigar las “músicas del mundo”. Fruto de esas fascinaciones, Crammed Discs, que empezó con la oscuridad ochentera de Tuxedomoon o con Aksak Maboul – hoy día es el principal referente de lo calificado con etiquetas torpes de “world music”. “mestizaje”, “etno” etc, etc…

Marc Hollander junto con su mejor amigo y productor, Vincent Kenis, son los responsables de traer al Occidente a los congoleños vibrantes de Konono N1, gitanos locos Taraf de Haidouks o Kasai Allstars… Como investigador de la música alejada de los oídos europeos Hollander tiene mucho mérito y sigue siendo galardonado en los festivales como WOMEX o BBC. No obstante, el catálogo de Crammed refleja la inquietud de su fundador – lleno de contrastes, despliega las vanguardias ochenteras, rock progresivo, bossanova, pero también las aventuras soul y pop, como el último fichaje triunfador del productor de Jamie Lidell – Mocky.

Sin quitarles el mérito de esa espléndida labor descolonizadora, gracias a la cual, los rumanos gitanos Taraf de Haidouks o los cojos-cojonudos Staff Benda Billi dejan de ser meras curiosidades etnográficas para subir a escenarios de grandes festivales occidentales, os recomiendo escuchar la propia producción musical del creador belga. Música cosmopolita, pícara y sorprendente.

Kalina